La primera función de esta ciudad fue la de hacer de estación de paso para los viajeros que iban de Asunción a la provincia de Buenos Aires, o viceversa.

Según consta en el acta fundacional, Torres de Vera y Aragón eligió la Punta Arazatí, en la zona de Las Siete Corrientes, por lo que decidió bautizar a ese precario emplazamiento con el nombre de Ciudad de Vera de las Siete Corrientes, debido a las 7 salientes de tierra sobre el río Paraná que generaban intensas corrientes dentro del mencionado río. En tanto que, mientras pocos años más tarde, la ciudad pasó a llamarse San Juan de Vera de las Siete Corrientes, finalmente, recibió el nombre de Corrientes con el que se la conoce actualmente.

Si bien, en un primer momento el territorio estaba poblado por una gran cantidad de tribus indígenas, pertenecientes en su gran mayoría a la raza guaraní, a mediados del siglo XVIII el tipo predominante en la masa poblacional era el mestizo, resultado de la cruza del español con el aborigen, en tanto que el indio puro era muy excepcional en la’ capital ya que solo habitaba en las localidades del interior, mientras que los negros introducidos para la esclavitud en el primer tercio del siglo XVII no llegaron a ser factor étnico de importancia.-

Desde su fundación, la economía de la ciudad se basó en la agricultura y en la ganadería, en tanto que, a finales del siglo XVIII, el incipiente desarrollo de las actividades comerciales basadas fundamentalmente en la exportación de los subproductos ganaderos a través del puerto instalado en la capital, contribuyeron al desarrollo agropecuario y ganadero de la región, que no solamente se consolidó, sino que, además, le imprimió un ritmo dinámico con una marcada tendencia creciente.

Así, ya durante el siglo XIX, la columna vertebral de la economía correntina siguió siendo la ganadería y, aunque en muchos aspectos la provincia se mantuvo con una producción de subsistencia, los saladeros y la demanda de cueros provocaron un rendimiento cada vez más importante.

Mientras el 24 de abril de 1855 se estableció el régimen municipal, un día más tarde se creó el Congreso General Constituyente, y el 12 de octubre se sancionó la Constitución Provincial.

Desde 1970, la ciudad de Corrientes tiene una ordenanza de centro histórico que le permitió conservar gran parte de su patrimonio cultural ya que, hoy,  gracias a esa ordenanza, muchas de las viviendas del casco histórico mantienen ese maravilloso estilo colonial y remontan, desde sus muros y frentes, a aquellas épocas de gloria.